sábado, 28 de enero de 2012

Mis primeros pasos...

Mi marido siempre me insistió para que escriba un blog o para que participe en foros y otros blogs. Pero la verdad, que nunca antes había encontrado nada que me llame tanto la atención como para destinar parte de mi tiempo en la red, hasta que fui mamá.

Cuando nació mi hijo, y creo que si son padres seguro lo van a comprender, mi vida y la intimidad madre/hijo, madre/padre, padre/hijo pasó a ser de dominio público. Todo el mundo quería saber cuales eran los hábitos que teniamos y tenemos como familia; si le doy la teta, si no; si se la doy seguida o le pongo horarios; si lo duermo, como lo duermo; si lo tengo upa o no; si duerme en brazos y con nosotros o si lo hago dormir en su cuna; si lo abrazo o no; si le doy más importancia que al padre o no y la lista podría no terminar. Cómo si esto no fuera poco, todo el mundo, pero todo el mundo me regalaba innumerables "consejos" de como debía hacer las cosas. Obviamente estos consejos, por supuesto, que concordaban con todo lo que la sociedad hace ya unos años adoptó como modelo de crianza y enseñanza. Al principio y antes de que naciera Dante les creía y hasta defendía este modelo. Por suerte, vino mi hijo para sacudir con sólo una mirada las costras de preconcepciones que había adquirido. Esto, por supuesto que no fue tarea fácil. Era imposible no sentirme mal y culpable cada vez que desoía esos consejos y seguía a mi corazón.

Fue así que con un poquito de miedo y de coraje empecé a buscar en la red, blogs y foros de crianza para ver si era la única madre que se sentía así o había más allá afuera, y para ver también por otros modelos de crianza que esten más acordes con lo que sentía.

La experiencia fue LIBERADORA. Me sentí tan inspirada que decidí crear un blog yo misma. "Pegaditos crecemos mejor" es la semilla que germinó de toda esta experiencia. Es mi manera de mostrarle al mundo que se puede criar siguiendo el corazón, más que la razón, es mi manera de mostrarle a otros padres que tienen derecho de criar a sus hijos según dicta su corazón, sin importar lo que la sociedad diga. No pretendo imponer nada, sólo mostrar otra alternativa, otro camino.

De esta manera los invito a recorrer mi camino de aprendizaje y crecimiento, el que he emprendido de la mano y bien juntito a mi hijo, que es mi mejor maestro.

Gracias Dante por enseñarme con mucho amor y paciencia a ser tu mamá!!!!!!