domingo, 11 de marzo de 2012

"El Elefante y la Estaca" por Jorge Bucay

Acá les dejo el cuento "El Elefante y la Estaca" para que lo mediten. Piensen cuantas veces ya siendo hijos adultos nos sentimos ante nuestros mayores como este elefante encadenado.

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante, que, como mas tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.

¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenia cinco o seis años, yo todavía confiaba el la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.

Imagine que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.

Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…

Digamos no al intrusismo en la crianza

Cuando hablé de la lactancia materna mencioné que uno de los problemas son los comentarios de terceros respecto a dar el pecho. Pero eso no es el único problema. Hoy en día hay un gran intrusismo en la crianza. Personas que ya tuvieron hijos, que están por tener o que nunca tuvieron y no piensan tener, todos ellos tienen soluciones para los padres primerizos, incluso soluciones para cuestiones que nosotros no considerábamos problemáticas. En fin, todo el mundo parece ser experto en criar a nuestro hijo, menos nosotros, jajaja!!!!

Reconozco que muchos padres primerizos necesitan algún que otro consejo, pero sólo si ellos lo piden y no que todo el mundo te diga que es lo que tenés que hacer con tu hijo. Les cuento algunas escenas para que comprendan lo que les digo:

Mi marido está paseando en brazos al bebé una tardecita de calor mientras yo hago tiempo para bañarme, a lo que una vecina, que nunca en su vida tuvo contacto con mi marido, le dice "¡Ese bebé ya tiene muchos vicios!". Imagínense la cara de mi marido.

En otra ocasión mi hermana me dice que tengo que dejar de darle la teta mi bebé para dormirlo porque si no se acostumbra. Mi mamá que tampoco se quiso quedar atrás y me dijo en una ocasión que tengo que ir sacándole algunas tomas para que no tenga tantos cólicos a pesar de que la pediatra expresamente nos recomendó y explicó que el pecho es a demanda.

En otra ocasión la pediatra que atiende a nuestro hijo en el control de los 6 meses nos recomendó sacarlo de nuestra habitación para que no se acostumbre. Esto nos pareció un comentario fuera de lugar porque nunca le preguntamos a ella si debíamos tenerlo en nuestra habitación. Pero en este caso el consejo regalado es muy peligroso porque al venir de un profesional, la mayoría de la gente pensará que es la ley y que si lo dice es por algo. Pero la realidad es que ningún pediatra ni médico en general está capacitado para hablar de este tema. En ningún momento en la carrera de medicina tienen una materia que se denomine crianza y mucho menos saben sí los bebés deben dormir o no con sus padres ya que ninguna materia de su carrera toca el tema. El único conocimiento que pueden tener viene de la experiencia y de comentarios de otras personas, lo cuál su título no los habilita para decir o decidir por los padres sobre temas de crianza. Ahora, si la pediatra me hubiera dicho que mi hijo tiene asma o alergia y me huviese preguntado si tiene alfombra el dormitorio donde duerme, lo cuál no es así, ahí sí su conocimiento me hubiese servido.

El tema del intrusismo en la crianza es algo muy común en esta sociedad y es algo que debemos cortar de raíz. Cuando terceros vienen a decirte qué tenés que hacer con tu hijo, como tenés que criarlo, tenemos que pararles el carro y demostrarles que lo que hacemos no es casualidad y que muchas de nuestras acciones fuera de ser accidentales son deliberadas, pensadas y meditadas. Suena tarea fácil pero no lo es, mucho menos cuando los que se meten son los miembros de familia. Es fácil decirle a una vecina que no se meta en nuestras vidas pero más difícil aún es decirselo a una madre, a un padre o a una hermana mayor. Con ellos nos sentimos como el cuento del elefante y la estaca. Cómo siempre nos dijeron que es lo que teníamos que hacer desde chiquititos cuando no éramos capaces de defendernos, ahora de grande nos seguimos viendo chiquitos ante ellos.

Yo creo que para lograr una crianza feliz tenemos que ahuyentar estos fantasmas de la infancia y poder hacer lo que como padres o madres realmente deseamos con nuestros hijos. Es hora de terminar con este intrusismo que no nos hace bien a nosotros ni a nuestros hijos. La mejor forma de hacerlo es decirles y demostrarles que como familia somos felices así, nosotros como padres y también nuestros hijos. Nadie puede imponer nada a nadie para mejorar su vida si ya es realmente feliz así como está, y nosotros somo felices con nuestra crianza con apego.

viernes, 9 de marzo de 2012

Reflexiones sobre qué es ser mujer en el Día Internacional de la Mujer

Este es el primer Día de la Mujer que disfruto junto a mi hijo. Lo cuál me llevó a reflexionar sobre mi visión de lo que era ser mujer antes y después de ser madre.

Desde pequeña siempre creí que para triunfar y ser exitosa en la vida tenía que estudiar y tener un trabajo respetado. A medida que fui creciendo esta visión se fue afianzando por lo que creía que para ser feliz tenía que trabajar y ponerme a la altura de los hombres de éxito. Mi idea del feminismo era que los hombres siempre la tenían fácil en lo que respecta al éxito profesional y que las mujeres teníamos que hacer doble esfuerzo para alcanzarlos. Que ellos sólo querían reprimirnos y que nosotras teníamos que hacernos un lugar en ese mundo tan dominado por el género masculino. Por ende creía que las mujeres solamente íbamos a ser felices cuando pudiésemos liberarnos de esa presión y podamos reclamar un espacio en el mundo laboral. Ser independientes, tener nuestro dinero y gastarlo como queramos. Demostrarles al mundo entero que nosotras también somos capaces de ejercer presión social y tomar lo que nos pertenece.

Básicamente me sentía inferior a los hombres por mi condición de mujer. Por lo que al tratar de ganarme un lugar en esta sociedad patriarcal tenía que renunciar o dejar de lado todo lo que me define como mujer. Lo irónico es que por todo esto me creía una feminista, que defendía el derecho de la mujer de romper los grilletes del hogar.

Con esta postura, miraba a las mujeres que elegían quedarse en su casa y cuidar de sus hijos como mujeres que lo hacían porque no les quedaba otra, mujeres que aún con excelentes títulos universitarios renunciaban a sus sueños de libertad para atender a sus hijos y su marido. Cuando las veía preparando tarjetitas para los cumpleaños de sus hijos o planeando encuentros escolares creía que estaban desperdiciando su potencial.

¡Cómo cambió mi visión la maternidad! Con ella desperté mi lado femenino totalmente dormido. Cuando mi vientre crecía y crecía a medida que mi hijo iba tomando forma, yo me sentía más femenina que nunca. Recuerdo que en los últimos meses mi silueta era como la de un lavarropas y sin embargo yo me sentía super sexy, totalmente enamorada de mi panza de embarazada. Ya desde ese momento mis preconcepciones empezaron a caer una por una, porque si bien yo ya trabajaba nada de lo que ganaba lo consideraba mío, sino más bien pensaba en qué le podría comprar o qué podría necesitar mi bebé. En vez de estar pendiente de insertarme en el mundo profesional lo que pensaba o mejor dicho lo que me gustaba hacer era acostarme en la cama y acariciar mi vientre mientras le hablaba a mi bebé.

Una vez que nació mi bebé sólo quería estar con él, aún hoy solo quiero estar con él. Ahora solo leo libros o notas respecto de maternidad y crianza. Soy más consciente de que nuestros hijos nos necesitan junto a ellos, necesitan que estemos ahí. Ahora pienso en otras mamás y como ellas no veo la hora de poder estar con mi hijo cuando empiece la escuela y ayudarlo con los deberes, de prepararle sorpresitas y organizar sus cumpleaños.

Ya no pienso que como mujer estemos desperdiciando potencial al estar con nuestros hijos. Lo que la maternidad me cambió es esa absurda visión de que para ser una mujer realizada tenía que trabajar y tener éxito laboral. ¡¡¡Qué absurdo!!! Ahora creo que ni siquiera los hombres se realicen con el trabajo, o por lo menos que no deberían hacerlo. Creo que el trabajo es solo un ingreso de dinero que te sirve para ser feliz en los otros ámbitos de la vida, que sí te permiten realizarte, pero como persona. Obviamente que es mejor trabajar en lo que te gusta pero es solo un trabajo y no algo que te defina como persona.

Ahora solo quiero estar con la persona que más me necesita porque eso sí me hace feliz, ayudarlo, acompañarlo y junto a mi esposo verlo crecer para no perder de vista ningún detalle. Ya no creo que las mujeres tengamos que envidiar a los hombres porque puedan ascender más fácilmente en el mundo laboral. En el momento que sentí a mi hijo moverse por primera vez en mi vientre me di cuenta de que no teníamos nada de qué envidiarlos, que ser mujer es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Si la hipogalactia fuera tan común en nuestra especie nos hubiéramos extinguido hace mucho pero mucho tiempo atrás

Uno de los comentarios más comunes por parte de madres primerizas es "no tengo leche" o "mi leche no es gorda", incluso he llegado a escuchar "mi leche es muy flaca, mi bebé no se llena". La leche materna no tiene cualidades como los seres humanos, no es flaca, ni gorda, ni esbelta. 9 de cada 10 madres primerizas me han contado que no tienen leche o que no tienen leche suficiente para llenar a sus bebés por lo que complementan las tomas con mamaderas. Lo cual me lleva a pensar que si esto fuera cierto y las mujeres humanas no pudieran producir suficiente leche para alimentar a sus crías, como especie nos hubiésemos extinguido hace muchos años atrás. La única diferencia entre las madres de ahora y las madres de hace 100, 200 ó 500 años atrás es que hoy en día existe la leche de fórmula.

Con esto no quiero decir que estoy totalmente en contra de la leche de fórmula, el problema sin embargo es que la misma es tan fácil de conseguir que las madres de hoy en día no se toman el tiempo necesario para lograr una lactancia materna exclusiva.

De todas maneras el tema es más complejo que esto y si tenemos que enumerar las causas por la que las mujeres no logran amamantar a sus bebés o dejan de hacerlo a una temprana edad tenemos que mirar el panorama completo.

La primera traba que una madre primeriza encuentra es en los primeros momentos después del parto, cuando trata de prender el bebé a su pecho. Sin una buena postura a veces el bebé no logra prenderse bien del pezón. A eso hay que sumarle, y creo que es lo peor de todo, toda una lluvia de comentarios por parte de todo el mundo y en especial de los familiares más cercanos, que con todo el amor del mundo hacen comentarios totalmente fuera de lugar. Muchas veces pensando en el bebé logran perjudicarlo cuando le dicen a una madre primeriza que, por ej., el bebé llora porque tiene hambre, que su leche no lo/a llena y que le dé una mamadera para ayudarse al principio. De ahí en más todo es cuesta abajo. Esto es muy dañino porque la madres están durante los primeros días en un estado emocional especialmente vulnerable y seguro que además se sienten sumamente inseguras de sí mismas. ¡Cómo cambiaría todo si en vez de estos comentarios le gente le dijera "qué bien que vas", "si llora prendelo a la teta", "no dudes en prenderlo a la teta en todo momento", "al principio los bebés lloran, seguro que no es hambre, igual por la dudas prendelo", "ya sé que duele pero seguí, no aflojes que lo más lindo está por venir"! Pero no, lo único que escuchamos son críticas, sutiles pero hirientes y totalmente fuera de lugar. Una madre necesita de mucho apoyo psicológico durante esos primeros días, ya que debe construir poco a poco la confianza que necesita para asumir y sentirse a gusto en su nuevo rol de mamá, y por ello es terriblemente perjudicial socavar esa confianza generándole dudas sobre su desempeño, su capacidad para satisfacer las demandas de su bebé o su conocimiento instintivo sobre las necesidades de su hijo neonato.

Lo segundo que contribuye a desalentar a las mujeres es la desinformación, no sólo la falta de ella, sino también una total y absoluta desinformación. Cuando un profesional de la salud o una abuela o una mamá te dice, cada tres horas tenés que prenderlo a la teta y 10 minutos de cada lado, está contribuyendo a que esta madre no goce de una lactancia a largo plazo. Para tratar de demostrar lo descabellado de esto imagínense ustedes que su madre les ponga el plato de comida y les diga "en diez minutos te lo saco", o mejor dicho que no les avise y lo haga de todas maneras. Yo creo que la gran mayoría se quedaría con hambre. También imagínense que luego de una hora de comer se levantan de la siesta y quieren tomar agua y alguien les diga "¡No!, todavía no te toca, esperá que pasen las 3 horas." Es totalmente ilógico, ¿no? Esto es lo que les pasó y sigue pasando a esos pobres bebés a los cuales intentaron imponerle estrictos horarios de mamadas.

Otro tema es el trabajo y los horarios para dar de amamantar. Es totalmente ilógico que si lo recomendado por la OMS y otras asociaciones serias sea la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, las madres tengan que reincorporarse al trabajo a los 3. Pero esto merece todo un post aparte.

Por último, están las madres que quieren recuperar su vida de antes de tener a su hijo y que optan por no amamantar para poder tener un poco más de independencia. Lo cuál si bien es bueno para ellas no lo es tanto para el bebé. Al tener un hijo empezamos una relación, nos guste o no, si decidimos cortarla tenemos que pensar que estamos hiriendo a esa otra personita, o más bien que nuestro bebé tal vez sufra porque no tiene ninguna intención de cortar esa relación. Yo creo que todos podemos recordar algún momento en el que un novio o novia nos cortó, o seguro que algún amigo le pasó y quedó o quedamos devastados porque nosotros queríamos seguir o no estábamos preparados para el inesperado final. Lo mismo pasa con los hijos. Como dice el famoso pediatra Carlos Gonzalez, los hijos nos aman con un amor de novios/as enamorado/as, para ellos estar lejos de nosotras es lo peor que les puede pasar. A medida que crecen nos quieren con un amor más maduro y pueden aceptar que no estemos con ellos todo el tiempo, pero ahora, al principio nos necesitan ahí y la lactancia a demanda facilita este contacto al mismo tiempo que nos exige que estemos ahí para ellos, para cuando quieran tomar la teta en cualquier momento, en cualquier horario.

Para cerrar este tema debo decir que toda madre tiene derecho de gozar de la lactancia materna, al igual que su hijo tiene este derecho, y digo gozar porque producir el alimento para nuestras crías y poder dárselos tan pegaditos cuerpo a cuerpo es una de las maravillas que como mujeres podemos disfrutar y debemos defender ese derecho. Porque no hay nada más lindo en el mundo entero que amamantar a nuestros hijo/as con nuestras miradas conectadas como dos enamorado/as en San Valentín.