miércoles, 7 de marzo de 2012

Si la hipogalactia fuera tan común en nuestra especie nos hubiéramos extinguido hace mucho pero mucho tiempo atrás

Uno de los comentarios más comunes por parte de madres primerizas es "no tengo leche" o "mi leche no es gorda", incluso he llegado a escuchar "mi leche es muy flaca, mi bebé no se llena". La leche materna no tiene cualidades como los seres humanos, no es flaca, ni gorda, ni esbelta. 9 de cada 10 madres primerizas me han contado que no tienen leche o que no tienen leche suficiente para llenar a sus bebés por lo que complementan las tomas con mamaderas. Lo cual me lleva a pensar que si esto fuera cierto y las mujeres humanas no pudieran producir suficiente leche para alimentar a sus crías, como especie nos hubiésemos extinguido hace muchos años atrás. La única diferencia entre las madres de ahora y las madres de hace 100, 200 ó 500 años atrás es que hoy en día existe la leche de fórmula.

Con esto no quiero decir que estoy totalmente en contra de la leche de fórmula, el problema sin embargo es que la misma es tan fácil de conseguir que las madres de hoy en día no se toman el tiempo necesario para lograr una lactancia materna exclusiva.

De todas maneras el tema es más complejo que esto y si tenemos que enumerar las causas por la que las mujeres no logran amamantar a sus bebés o dejan de hacerlo a una temprana edad tenemos que mirar el panorama completo.

La primera traba que una madre primeriza encuentra es en los primeros momentos después del parto, cuando trata de prender el bebé a su pecho. Sin una buena postura a veces el bebé no logra prenderse bien del pezón. A eso hay que sumarle, y creo que es lo peor de todo, toda una lluvia de comentarios por parte de todo el mundo y en especial de los familiares más cercanos, que con todo el amor del mundo hacen comentarios totalmente fuera de lugar. Muchas veces pensando en el bebé logran perjudicarlo cuando le dicen a una madre primeriza que, por ej., el bebé llora porque tiene hambre, que su leche no lo/a llena y que le dé una mamadera para ayudarse al principio. De ahí en más todo es cuesta abajo. Esto es muy dañino porque la madres están durante los primeros días en un estado emocional especialmente vulnerable y seguro que además se sienten sumamente inseguras de sí mismas. ¡Cómo cambiaría todo si en vez de estos comentarios le gente le dijera "qué bien que vas", "si llora prendelo a la teta", "no dudes en prenderlo a la teta en todo momento", "al principio los bebés lloran, seguro que no es hambre, igual por la dudas prendelo", "ya sé que duele pero seguí, no aflojes que lo más lindo está por venir"! Pero no, lo único que escuchamos son críticas, sutiles pero hirientes y totalmente fuera de lugar. Una madre necesita de mucho apoyo psicológico durante esos primeros días, ya que debe construir poco a poco la confianza que necesita para asumir y sentirse a gusto en su nuevo rol de mamá, y por ello es terriblemente perjudicial socavar esa confianza generándole dudas sobre su desempeño, su capacidad para satisfacer las demandas de su bebé o su conocimiento instintivo sobre las necesidades de su hijo neonato.

Lo segundo que contribuye a desalentar a las mujeres es la desinformación, no sólo la falta de ella, sino también una total y absoluta desinformación. Cuando un profesional de la salud o una abuela o una mamá te dice, cada tres horas tenés que prenderlo a la teta y 10 minutos de cada lado, está contribuyendo a que esta madre no goce de una lactancia a largo plazo. Para tratar de demostrar lo descabellado de esto imagínense ustedes que su madre les ponga el plato de comida y les diga "en diez minutos te lo saco", o mejor dicho que no les avise y lo haga de todas maneras. Yo creo que la gran mayoría se quedaría con hambre. También imagínense que luego de una hora de comer se levantan de la siesta y quieren tomar agua y alguien les diga "¡No!, todavía no te toca, esperá que pasen las 3 horas." Es totalmente ilógico, ¿no? Esto es lo que les pasó y sigue pasando a esos pobres bebés a los cuales intentaron imponerle estrictos horarios de mamadas.

Otro tema es el trabajo y los horarios para dar de amamantar. Es totalmente ilógico que si lo recomendado por la OMS y otras asociaciones serias sea la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, las madres tengan que reincorporarse al trabajo a los 3. Pero esto merece todo un post aparte.

Por último, están las madres que quieren recuperar su vida de antes de tener a su hijo y que optan por no amamantar para poder tener un poco más de independencia. Lo cuál si bien es bueno para ellas no lo es tanto para el bebé. Al tener un hijo empezamos una relación, nos guste o no, si decidimos cortarla tenemos que pensar que estamos hiriendo a esa otra personita, o más bien que nuestro bebé tal vez sufra porque no tiene ninguna intención de cortar esa relación. Yo creo que todos podemos recordar algún momento en el que un novio o novia nos cortó, o seguro que algún amigo le pasó y quedó o quedamos devastados porque nosotros queríamos seguir o no estábamos preparados para el inesperado final. Lo mismo pasa con los hijos. Como dice el famoso pediatra Carlos Gonzalez, los hijos nos aman con un amor de novios/as enamorado/as, para ellos estar lejos de nosotras es lo peor que les puede pasar. A medida que crecen nos quieren con un amor más maduro y pueden aceptar que no estemos con ellos todo el tiempo, pero ahora, al principio nos necesitan ahí y la lactancia a demanda facilita este contacto al mismo tiempo que nos exige que estemos ahí para ellos, para cuando quieran tomar la teta en cualquier momento, en cualquier horario.

Para cerrar este tema debo decir que toda madre tiene derecho de gozar de la lactancia materna, al igual que su hijo tiene este derecho, y digo gozar porque producir el alimento para nuestras crías y poder dárselos tan pegaditos cuerpo a cuerpo es una de las maravillas que como mujeres podemos disfrutar y debemos defender ese derecho. Porque no hay nada más lindo en el mundo entero que amamantar a nuestros hijo/as con nuestras miradas conectadas como dos enamorado/as en San Valentín.

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