miércoles, 29 de febrero de 2012

El Respeto a los Menores

El otro día hablando con mi papá salió el tema de que hoy en día no se respeta a los mayores, que cuando una persona se hace viejita todo el mundo los trata mal y no comprenden que al llegar a la vejez se pueden poner molestos y necesitan que los atiendan más, que los comprendan, que los mimen. Mi cara se puso como piedra porque si cambiamos "vejez" por "niñez" y "se hace viejita" por "llegar al mundo" en el comentario anterior la similitud es increíble. Lo que me llamaba la atención es que, cada vez que mi hijo llora o se queja porque le pasa algo mi papá, aunque con todo el amor del mundo, comenta que es un rompebolitas, cómo si su queja no fuera genuina. Todo esto me puso a pensar en dónde quedó el respeto a los menores, la tolerancia, la misma que reclaman para los adultos que ya no pueden hacer lo mismo de antes, ¿dónde está para los niños que tampoco pueden hacer nada por sí mismos y nos necesitan?

Hoy en día en esta sociedad se habla mucho y de recuperar el respeto a los mayores, lo cual me parece fantástico. Pero más me preocupa el respeto a los menores que desgraciadamente nunca lo tuvieron. Al menos los mayores por un tiempo gozaron del respeto de los demás, y en la vejez lo tratan de recuperar.

Las mismas excusas que ponen para entender y tenerles paciencias a los viejitos es igual de válidas para los pobres niños, pero nadie se pone a pensar en ellos. Los niños no lloran ni se quejan porque les gusta, lo hacen porque necesitan algo, o están incómodos. Cuando un adulto ya anciano pide compañía, que se sienten al lado aunque sea sin conversar la gente los entiende. Se dan cuenta que como seres humanos necesitan companía para mantener la cordura, por eso hoy en día existen tantos trabajos de cuidadores de ancianos. Es entendible que no pueden estar solos, y aunque pudieran de todas maneras no es lindo. Entonces me pregunto, ¿porqué cuando un niño quiere estar en companía con su madre o padre, cuando pide upa, cuando quiere mimos se lo tilda de malcriado o caprichoso?

Recuperemos el respeto por nuestros menores, no los separemos de su madre si no quieren, no los hagamos esperar si ya están cansados, no le neguemos los mimos y la companía que necesitan. Si podemos ver a nuestros adultos mayores y totalmente dependientes como personas íntegras y dignas de respeto, ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestras pequeñas crías? Ellas también, por más pequeñas que sean, son personas íntegras que necesitan de nuestro respeto, tolerancia, paciencia y amor.

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