martes, 7 de febrero de 2012

Fortaleciendo el Apego: Por favor no nos separen!!!

Cuando nació mi bebé, leí algunos artículos que hablaban de los beneficios que representa tanto para la mamá y el bebé que no los separen en el momento del parto. La idea más o menos era de que una vez que el bebé saliera de la panza de la mamá, se lo dejara sobre la misma (si es parto vaginal) y una vez que saliera la placenta y el cordón dejara de latir, cortarlo. El bebé debía quedarse sobre la panza de mamá, el cual al cabo de unos minutos comenzaría a reptar hasta llegar al pecho y ahí prenderse de la teta. Esto ayudaría a que la placenta (en el caso de que no haya salido) sea expulsada gracias a la oxitocina liberada al amamantar. Además esto ayuda a formar tanto en la madre como en el hijo el apego.

Cuando leí esto, pensé que la verdad me hubiese gustado que mi obstetra me hubiera dejado hacer esto. Mi parto fue muy largo y difícil y me costaba mucho darme cuenta de qué era lo que estaba haciendo ahí y lo importante de tener que sacar a mi bebé que estaba dentro de mi cuerpo. De hecho, no podía imaginarme a mi bebé ni dentro ni fuera de mi cuerpo. Había perdido de vista el objetivo. Cuando el médico puso a mi hijo en mi panza (por unos pocos segundos) todo cobró sentido, ver sus bracitos y su pequeño cuerpecito ahí fue mágico. Su rostro en cambio lo vi después, cuando mi esposo lo trajo después de que la pediatra lo revisara y preparara. Realmente hubiese sido mucho más lindo tenerlo en mi panza hasta que se prenda del pecho. En cambio tuve que ver como mi hijo buscaba infructuosamente el pecho en los brazos de papá y hacía puchero porque obviamente yo aún yacía en el sillón de parto y no lo podía amamantar.

Después de la internación y el parto uno vuelve a casa y se empieza a dar cuenta de que tiene a su cuidado una personita que necesita de toda nuestra atención y a veces el no saber qué hacer puede ser cansador y frustante. Para superar todo esto está el apego. Ese que empieza a surgir desde el mismo momento que a nuestro bebito lo posan en nuestra panza.

Esto lo comento porque me he dado cuenta que, a medida que crece mi bebé, la gente empieza a demandar a la madre y al bebé que se acostumbren a estar separados. Es como si toda la ternura que representaba el momento del parto y lo lindo de ver a mamá y bebé juntitos se desvaneciera y en apenas unos pocos meses tuvieran que acostumbrarse a estar separados.

Cómo no costarme separarme de mi bebé cuando estuvimos 9 meses siendo uno, e incluso después estando fusionados por la necesidad de nuestra pequeña cría de alimentarse de mi pecho. La separación madre/hijo lleva tiempo. A muchas madres les será más fácil que a otras dependiendo del apego que hayan generado los primeros días e incluso los primeros meses de vida de sus hijos. A otras les costará muchísimo pero no les queda otra por temas de trabajo y otras necesidades. Esto no lo cuestiono.

Lo que sí cuestiono es el hecho de que todo el mundo espera que madre e hijo se tengan que separar desde una temprana edad, como si nada. En un blog leí que el regazo de la madre es el nido del bebé, donde más se siente seguro y tranquilo. ¿Por qué obviar esto?

El problema es que en esta sociedad en la que vivimos, las personas se miden por la productividad que pueden generar y una mamá tirada en la cama amamantando a su bebé no genera mucha producción. Hoy en día la crianza y la maternidad están tan desnaturalizadas que la necesidad de apego, de estar juntitos, está mal visto. Si una madre lleva a su hijo en brazos según los estándares actuales lo está malcriando, si una mamá le da la teta y lo tiene siempre consigo la mayoría solo piensa y señala "cuándo ese hijo se va a acostumbrar a estar solo". Es más, se han inventado infinidad de aparatos que intentan reemplazan a la madre y a su contacto. Cunas que se mecen, que tienen música, babycalls para poder escuchar al bebé cuando no lo tengamos a la vista, móviles que hacen luces en el que la madre puede grabar su voz e incluso canciones cantadas por sí misma para "engañar" al bebé, todo para que éste crea que estamos ahí cuando no estamos.

¿No sería mucho más fácil y económico estar ahí para verlos y escucharlos, en vez de utilizar un babycall o cantarles una canción mientras lo mecemos en brazos en vez de comprar carísimos aparatos que intentan reemplazarnos? Si nosotras tenemos todo lo que el bebé necesita, ¿para que gastar dinero en meros reemplazos nuestros?

Pero volviendo al punto de la separación y la idea de independencia. Les pregunto porque la verdad no entiendo. ¿Alguien puede decirme qué es un bebé independiente? ¿Ustedes han visto uno? ¿Que sería un bebé independiente?, ¿Se cocina cuando la madre no está, tiende su cunita, consigue dinero para la comida? Hasta donde tengo entendido, los bebés son totalmente dependientes de su madre o su padre. necesitan de ellos porque si están solos simplemente no logran sobrevivir. De ahí su encanto, necesitan que los veamos tiernos y hermosos (para todo padre su bebé es el más lindo del mundo) así estamos pendientes de ellos en todo momento, como cuando estamos enamorados y no perdemos de vista a nuestro amado/a y nos sabemos de memoria sus gestos y su rostro. De hecho uno se enamora de cada hijo que uno tiene.

A lo que la gente se refiere cuando habla de independencia es al apego que tienen madre e hijo. Cuanto menos apego, tenemos un bebé que no necesita tanto a su madre, porque se ha resignado a que la madre no siempre puede estar con él cuando lo necesita. Si uno lo mira desde este punto, quedaría muy mal decirle a una madre que deje que el bebé se acustumbre a estar sin ella, porque si sabemos que el bebé necesita eso, quién sería tan cruel para privarle a un niño de lo que necesita. El afecto, al cariño y el contacto son tan importantes para el bebé como comer y estar abrigado y limpio. Si un bebé llora cuando lo dejamos y para en cuanto lo alzamos, eso no lo hace menos necesario que cuando llora y le damos teta para que no tenga hambre. Además piensen, si su novio o novia les pide que la/o abracen porque necesita unos mimos usted le va a decir, no ya te pusiste viciosa/o. Por qué negárselo a un bebé entonces.

Además, el hecho de que un bebé este todo el día con la mamá no quiere decir que cuando vengan otras personas y quieran estar con el bebé, éste no va a querer estar con su mamá. En mi experiencia, cuando no tengo a mi hijo en brazos o cerca estoy como una mamá cachorra buscando a sus cachorritos cuando un extraño lo levanta y lo cambia de lugar.

Es así, nos gusta estar con nuestro bebé, nos gusta encantarnos con cada gesto, cada mirada, cada aprendizaje. Ya llegará el momento en que quiera hacer las cosas por sí mismo y uno tenga que dar un paso al costado y dejarlos caminar solitos. Pero para que esto pase, necesita que su mamá esté con él en los primeros años de vida, que lo mime, que lo bese, que lo tenga en brazos, que lo amamante mirándolo a los ojos, que lo ayude en lo que necesite, para que cuando quiera soltarse sepa que si se cae, mamá está ahí para levantarlo. De qué otra manera nos abalanzaremos al mundo de lo desconocido, sin tener miedo. Para ello, primero tenemos que tener confianza y la confianza se fortalece desde el momento que nacemos y lloramos para que mamá venga y ella viene. Cuando mamá y bebé vuelven a estar juntitos, corazón con corazón.

1 comentario:

  1. Muy conmovedor e instructiva esta entrada. Me encantó!! :D

    Es terriblemente contradictorio el hecho que estemos en una sociedad tan promotora de las libertades personales y tan hipersexualizada, pero que al mismo tiempo se rebela contra el contacto humano primordial entre padres e hijos y mantiene una postura muchas veces reaccionaria acerca de la crianza en el seno familiar.

    Lamentablemente está instalado en el imaginario colectivo la idea de la crianza como un grillete más que las mujeres han debido romper para ganar sus libertades, cuando justamente es lo opuesto, han sacrificado la rica dimensión biológica y emocional de su condición femenina en aras de ingresar al mundo público de los hombres.

    Y los hombres, que apenas ahora intentamos unos pocos avanzar en la exploración de nuestro universo familiar e interpersonal, a menudo superando la "castración" emocional que el acotado y represivo rol de "macho dominante" nos ha obligado a mantener, nos vemos también desbordados, marginados y sin herramientas para afrontar y disfrutar con la crianza de nuestros hijos.

    En fin, espero más posts!!!!

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